sábado, 18 de mayo de 2013

La educación como industria del deseo.

Recapitulando todo lo que hemos aprendido durante este cuatrimestre, he hecho un resumen del artículo que nuestro profesor nos mandó leer a principio de curso y que es la base de la asignatura. Este artículo es "La educación como industria del deseo",  publicado en el libro del mismo título del profesor Joan Ferrés yPrats (2008, Barcelona, Gedisa).



Como decía Joan Ferrés es su artículo, La educación como industria del deseo, los intereses de la mayor parte de la población no van mucho más allá del entrenamiento, la distracción y la evasión. Por lo que podía afirmarse que la mayor parte de la gente se mueve por las emociones. Son pocos los que se mueven por las ideas.
Pero en verdad nadie se mueve por las ideas, todo el mundo se mueve por las emociones y lo que nos diferencia a unas personas de otras es el tipo de emociones que les movilizan.
En el ámbito de la comunicación educativa existe mucha preocupación por los contenidos y poca por la actitud o disposición de la persona que ha de asimilarlos, esto relacionándolo con que las personas se mueven por las emociones da como resultado números muy negativos en el ámbito de la educación.
Como apuntaba Ferrés la capacidad que demuestra tener la publicidad para sintonizar con el receptor se fundamenta en gran medida en la importancia que asigna a las emociones. Por eso es porque la publicidad tiene buenos resultados en su ámbito y la educación no.
La producción de mercancías, de bienes materiales y de servicios no cumple su función social si no va acompañada de la producción del deseo. La industria convencional necesita el apoyo de una industria del deseo. Los publicitarios son entonces creadores de deseo y cumplen esta función de manera eficaz.
El neurobiólogo Jan Panksepp, descubrió un área cerebral que se denominó seeking, situada en el cerebro emocional, es la capaz de provocar inquietud y excitación. El cerebro emocional es el responsable de toda actividad creativa, de motivar la acción de impulsarla y de movilizarnos. Cuando nacemos esta parte del cerebro esté meramente desarrollada y solo somos capaces de movilizarnos por unos pocos instintos.
Lo que está claro con todo esto es que las personas solo nos movilizamos por miedo o por deseo. Esto explica buena parte del llamado fracaso escolar. El error está en que no se ha sabido compensar la pérdida del miedo en este ámbito con un incremento de la activación del deseo. El error de muchos profesionales de la enseñanza es dar por supuesta la demanda y limitarse a facilitar el producto, a transmitirlo. Pero no han sabido comunicar mejor para que se venda más, o como atraer la atención del enseñado, mediante el deseo o la emoción.
La tarea del docente y la del vendedor o la del publicitario es mucho más significativa y trascendental de lo que podía parecer a simple vista. Ambas consisten precisamente en generar interés  y evitar el pasotismo. La diferencia está en que pocas veces se asume la responsabilidad del docente en el fracaso de los alumnos, por lo que no se buscan soluciones para ellos, en cambio los publicitarios si buscan nuevas formas de llegar a la gente.
Por eso hemos de tener mucho en cuenta  que las emociones mueven, mientras que los pensamientos solo lo hacen si están conectados con las emociones y consiguen activar el cerebro emocional. Solo nos movemos por aquello que amamos o que odiamos.

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